"PROYECTO DE CONSERVACIÓN Y PRESERVACIÓN DE LA LENGUA Y LA CULTURA YAQUI"
COSMOVISIÓN
Vexilología (Banderas)
Creación de la Danza del Venado
Los ancianos platican de tiempos remotos, de voces antiguas que quedaron impregnadas en cada rincón de esta sagrada tierra, desde aquellos tiempos de asentamiento. Era el lugar predestinado por los sabios de la tribu, es cuando Napo Wisa´i, el jefe máximo de la tribu, se hinca en el suelo y desenrrolla el tapete, que en su caminar ha llevado consigo, en el traía el Jiak Batwe (nuestro rio) itom bwia (nuestra tierra) itom Kawi (nuestra sierra).
Dios nuestro creador nos ha señalado este lugar, para que del agua de nuestro rio saciemos la sed, y de esta sagrada tierra vivamos y nos alimentemos, y que nuestra tierra nos sirva de refugio y defensa de posibles enemigos en el mañana. Y se dirige a cuatro guerreros yaquis, y con voz de trueno da el siguiente mandato:
Yo, Napo Wasa´i (via láctea) nombro a Yuku Jeka (viento de lluvia) que se dirija hacia donde sale el sol y ponga una señal donde encuentre un animal del uña y colmillo.
También nombro a Sapa Jisakame (copete de hielo) que te dirijas hacia donde se oculta el sol y pondrás una señal en nombre de nuestra tribu donde encuentres una gran serpiente.
Sua waka (estrella Fugaz) tu, iras hacia donde llega el frio, y en lo mas alto de la sierra encontraras el nido del Tuka´a Wiru (ave mitológica) que será nuestra señal; y te nombro a ti también Choki Jisa (cometa) a que te vayas hacia donde llega el calor y pondrás la señal en el Yo´o Joara (lugar mágico) que se encuentra en medio del mar.
Después de siete días y sus noches Napo Wisai (via láctea) el jefe supremo de la tribu ve cumplida su misión y le dice a su pueblo que este será su Ú itom tos´sa (nuestro nido) para que en el mañana y más allá de ella, lo reconozcan como nuestro Jiak bwia (territorio sagrado).
Todavía pasaron muchos años, tal vez siglos, cuando nuestro cielo era limpio, cuando el aire puro arrullaba nuestros sueños, cuando nuestros viejos se comunicaban en lenguaje claro con los animales y árboles, cuando los nuestros conversaban con el rio, cuando éramos hermanos todos. Sucedió en un pueblo llamado kopas, cerca del mar, ahí vivía Teta Siba (reliz de piedra) y su esposa Sewa kauti (flor deshojada), era el amanecer de un hermoso día de primavera, cuando la esposa de Teta siba acercándose a él, le dice: “esposo mío, creo que mañana no tendremos nada que comer, se nos termino la comida”. Teta Siba se prepara para ir en busca de alimento y con su manojo de flechas y un arco poderoso, se empeña en su misión y se interna en el espeso bosque en busca de su presa.
La caminata es agotadora, pero también el día se esta acabando y no logra encontrar nada, cansado, se sienta bajo la sombra de un frondoso árbol de mezquite, totalmente agotado, pero no vencido. Mientas descansa piensa, ¿Qué le podre llevar a mi esposa sewa kauti?
Todavía era de día, cuando a su sensible oído, llega el murmullo de voces, aparentemente lejanas, pero él podía escuchar a mucha distancia e identificar cualquier clase de ruido, pero este era un sonido extraño a sus oídos. El murmullo que escucho al principio llega a sus sentidos con mayor intensidad y la curiosidad se apodera de el y lo obliga a acercarse lo mas discreto posible de donde provenía aquel murmullo, como voces de palabras incomprensibles.
Cuando teta siba llega al lugar se agazapa debajo de un frondoso árbol y descubre con asombro, en un claro, en medio del bosque, que se esta llevando a cabo una extraña reunión, en el centro de la reunión, rodeado de toda clase de animales, se encuentra el gran Yoawa (ser mitológico), un ejemplar hermoso, grande, que parado sobre sus dos patas hace reverencias hacia los cuatro puntos cardinales y se inclina hacia los asistentes como explicando el motivo de aquella extraña reunión. De repente todos los animales presentes, iniciando con emisión de sonidos, aleteos, graznidos, gruñidos y ladridos, que poco a poco se fueron suavizando hasta convertirse en un canto suave y agradable, sonidos y cantos que penetran por los oídos de Teta Siba y la ejecución armoniosa y viril es registrada por sus ojos para la eternidad.
Así nace el Yoawa (ser mitológico) para honrar a nuestros dioses, herencia legada por nuestros antepasados, una danza relacionada con el Yo´o Ania (mundo animal) y el Juya ania (mundo vegetal).
La danza del venado domina dos aspectos fundamentales: el sagrado y el profano. Sugiere los misterios de una disciplina difícil y exigente, en la medida en que de alguna manera eleva a los espectadores junto con el danzante a una sensación de reposo a través de la misma intensidad de su movimiento.
La danza pues, es una devoción y acompañamiento de devociones sumamente variadas en nuestras ceremonias y que esta inseparablemente ligada a toda ceremonia yaqui, y es parte importante del culto de los seres sobrenaturales, tanto en los cristianos como en los procedentes del Juya ania.
La danza por lo tanto, es parte integral de la devoción yaqui, y da expresión concreta a sentimientos religiosos.
(Testimonios yaquis a través de la historia oral compilados por el maestro Juan Silverio Jaime León)